viernes, 2 de mayo de 2014

Ibón de Estanés (desde Guarrinza 1754m.)

En esta ocasión la salida al ibón de Estanés era la alternativa a un plan que preveíamos complicado dadas las inclemencias meteorológicas que no era el otro que subir la cima de Navarra, la Mesa de los Tres Reyes (Hiru Erregeen Mahaia). Aprovechamos que estábamos de casa rural por los alrededores y decidimos salir hacia el valle de aguas tuertas y subir hasta el ibón.

Alrededores de Guarrinza

Sobre las 10 de la mañana dejamos el coche en un pequeño aparcamiento natural con una señal de prohibido el paso y nos pusimos a caminar. Esa mañana amaneció nublada y así estuvo durante el resto del día pero la temperatura era buena y por delante teníamos una caminata que aunque no iba a ser dura si sería larga. Después de media hora de paseo por la pista y otra media hora de subida hasta una cabaña de pastores se nos presentaba ante nosotros el magnífico valle de aguas tuertas (no tiene nada que ver con el Aigues Tortes catalán pero tiene su encanto).

Cabaña de pastores

Aguas tuertas


Pico de Acué


Como se puede apreciar en las fotos todavía había bastante nieve por encima de los 1500 metros, cosa que ya preveíamos. El valle en cuestión está todo el invierno nevado y una buena opción es ir allí con raquetas. Nosotros nos lo encontramos en pleno deshielo y estaba prácticamente encharcado. Bordeamos el valle por el lado derecho según se asciende y al llegar al final viramos hacia la izquierda para afrontar el duro repecho que llega hasta el ibón.

Subiendo hacia el ibón
ibón de Estanés a la vista!

Después de un merecido descanso y un buen almuerzo con vistas al ibón decidimos ponernos en marcha para bajar de allí. (no bajamos a pie del ibón por que estaba helado y nosotros también lo estábamos...). La bajada fue un poco dura ya que la nieve estaba blanducha y con cada paso se nos hundían las piernas más allá de las rodillas.

Volveríamos sobre nuestros pasos, estábamos solos

Llegando a la cabaña del pastor por el margen contrario a la subida

Al regresar al valle optamos por bordearlo por el otro lado ya que veíamos camino y había hitos. Esta opción resultó ser problemática ya que conforme descendíamos el río se iba haciendo más ancho y las opciones de saltar disminuían. Yo tenía la intuición que al final habría algún salto de agua dónde el caudal se estrecharía pero no tuvimos suerte. Al final tiramos de valentía y nos quitamos las botas para cruzar el río, con la mala fortuna de que al compañero se le cayó una bota al agua y casi se nos va por el desfiladero...
Una vez pasado el tiempo nos reímos de la anécdota pero de lo que no me olvido es de lo fría que estaba el agua, yo creo rondaría sobre los 2-3 ºC. No me quiero imaginar como bajó hasta el coche con la bota empapada...